Se construyó en el marco de MEXTRÓPOLI 2018 en la Alameda Central de la Ciudad de México, un gran cono construido a partir de garrafones de plástico azul de 20 litros, y con una entrada trapezoidal de madera negra que invita a entrar a un amplio espacio interior que se abre al cielo.
Para su construcción se necesitaron 2,500 garrafones y se llevó a cabo a partir de 25 círculos concéntricos de diámetro variable que se estrechan progresivamente a medida que crece en altura. A nivel de suelo tiene un diámetro de 10 metros y 6.5 metros de altura otorgando una apertura circular de 7 metros en la parte más alta. El acceso es un túnel trapezoidal con estructura interior metálica y forrado con madera pintada en negro.
Cada anillo tiene una estructura flexible interior de alambre recubierto, que atraviesa cada garrafón en dos puntos para unir los elementos entre sí, dando solidez y estabilidad a la pieza. En la parte inferior, el círculo queda interrumpido por el acceso, pero sirve para fijar el alambre estructural para que los anillos no se muevan. En cambio, en la parte superior, se crean círculos perfectos. Para reforzar su estabilidad, se unieron los diferentes niveles con silicona y algunos de los garrafones se llenaron parcialmente con agua, para darle peso a toda la estructura.
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